LA TRAGEDIA DE HERCULANO. (Herculano y el regreso)

Jueves, 22 de julio

Pasan 15 minutos de las 12. Estamos en el lago Bracciano a 50 km de Civitavechia en una area.....a la sombra de acacias. Hemos estado visitando la pequeña ciudad. Y Ahora, disfrutamos de una cerveza amenizada por el canto  de las chicharras y de los coches que pasan por la cercana carretera, afortunadamente, pocos.





23  de julio, miércoles
La tragedia de Hercolano

Recorrido: Pompeya-Herculano-Lago Bracciano
Pernocta: Area del Lago Bracciano..

Con tranquilidad nos hemos levantado y preparado para lo que será nuestra última visita de estas vacaciones. Volvemos a tomar el mismo tren de ayer, el de  las 9,20. Esta vez tenemos suerte. Es uno más nuevo que tiene....¡aire acondicionado!. Durante el trayecto, y al igual que otros días, coincidimos con dos músicos, uno toca la armónica y otro pasa “la gorra”, pero lo novedoso de hoy y lo que  despierta nuestra hilaridad es la actitud de un turista que se tapa los oidos de forma descarada dejando de hacerlo cuando cesa la música. No era para tanto. Todavía no comprendo como hay gente a la que no le gusta la música, y haberlos…”hailos” que de todo tiene que haber y  yo conozco algún ejemplar así.

El trayecto a Hercolano dura 15 minutos pero… me equivoco y nos bajamos en la estación anterior, en medio de la nada. Bronca monumental que no entiendo. Parece que soy la UNICA responsable de ésto. Que yo sepa, no cobro por ser traductora ni guía además de cocinera, compañera, conductora, y más cosas…mejor no “meneallo”. Yo me pongo “digna” y me quedo sin hablarle un buen rato…(poco, que todo hay que decirlo, porque no puedo….). Menos mal que en cinco minutos llega el siguiente.

Ahora tenemos que preocuparnos de otros temas, como llegar a la excavación, así que dejamos, como casi siempre, la bronca de lado, entre otras cosas porque se nos pasa enseguida. Angel pregunta y  le dicen que estamos a 3 km señalándole  a la vez unas lanzaderas, unas furgonetas que por 3 euros ida y vuelta hacen el trayecto. Así es que preferimos gastar energías viendo la ciudad y no tratando de llegar a ella. En cinco minutos  junto a otras cuatro personas más, nos deja a las puertas del sitio arqueológico y le entiendo que en hora y media hemos de estar allí para regresar. Nos parece poco tiempo y así se lo manifiesto contestando que la ciudad es pequeña, así que nos concede dos horas. Hemos de estar de vuelta a las 12,10h.  


La excavación se encuentra en uno o dos niveles por debajo de donde  se encuentra la entrada y el propio nivel de la ciudad nueva, y está rodeada de  viviendas, lo que crea un curioso contraste.  De un vistazo se puede ver toda.. Es bastante más pequeña que Pompeya, pero parece mejor conservada, cosa que confirmaríamos después.

Aunque no es tan conocida como Pompeya, Herculano no tiene nada que envidiarle. Situada más cerca del Vesubio, las cenizas la golpearon con mayor fuerz, quedando sepultada por completo conservándose mejor aún que Pompeya. Fue cubierta no por lava,  si no por un alud de fango que la cubrió hasta 16m., esto hizo que las construcciones se hayan mantenido en mejores condiciones que Pompeya e incluso se hayan encontrado balcones, maderas, panes, telas, muchos utensilios, muebles, jarrones e incluso numerosos papiros.
Herculano era una ciudad costera de 4.000 habitantes destino de veraneo de la nobleza romana, con su puerto deportivo y sus villas con embarcadero propio, aunque casi 20 siglos después, el mar quede un poco alejado y en tiempos del imperio romano

A primera vista, a parte de su tamaño, vemos que las calles son mas estrechas careciendo de esos curiosos pasos de peatones que tiene Pompeya.

Aunque las calles cerradas nos obligan a empezar casi por el final, poco a poco vamos descubriendo lo que esta pequeña ciudad esconde detrás de las paredes de sus casas.

Nos sorprende el estupendo estado de conservación de los frescos de muchas de sus viviendas



Vamos disfrutando de las sucesivas viviendas que se abren a derecha e izquierda:  la casa di Galba, las termas masculinas, muy bien conservadas y con un estupendo mosaico en el suelo, la espectacular sede de los Augustali con unos frescos muy bien conservados, la bodega donde se pueden comprobar las vigas ennegrecidas por el fuego.

Pero hay más lugares de la ciudad donde se pueden contemplar estas vigas quemadas por el fuego,  incluso hay una vivienda que conserva las contraventanas carbonizadas y otra con las ánforas guardadas en estantes de madera carbonizados. Sobrecoge contemplarlos durante unos segundos e imaginar lo que paso aquí hace más de 2000 años.

Espectacular la casa del salón negro que tiene frescos sobre paredes negras en muy buen estado.


En el  Thermopolium, podemos apreciar las  vasijas que contenían los productos que vendían sobre el mostrador en forma de U.

Aquí las fuentes son menos abundantes y no funcionan..Hay gente, pero no tanta como en Pompeya, afortunadamente. De hecho, nos molestan sobre manera los grupos y los tratamos de evitar visitando un sitio alternativo cercano hasta que vemos que unos  minutos después abandonan el lugar.

Visitamos las termas femeninas, con hermosos mosaicos en el suelo, uno con motivos marinos y otro geométricos con representaciones de objetos muy bien conservados. En la casa del Tramezzo di Legno se conservan las puertas o biombos carbonizadas; Observamos unas rejas que cubrían entonces unas ventanas y que se conservan como si hubieran sido colocados tan solo unos años atrás. 


Avanzamos por su calles, entramos en sus casas, algunas de dimensiones considerables, no solo en metros cuadrados, si no en altura. Si Pompeya impresiona por el tamaño, Hercolano lo hace por las dimensiones de las viviendas y edificios que conserva, que se elevan algunos como esperando a que sus propietarios regresen. Parece…congelado en el tiempo, como en el cuento de “la bella durmiente”.

 Cinco minutos antes de la hora concertada (las 12,10) tenemos que dar por terminada nuestra visita. A “paso ligero” vamos dejando esta fascinante ciudad y cuando llegamos a la parte alta comprobamos con rabia y tristeza que nos habíamos dejado sin ver los números del 1 al 6. Importantes o no, nos enoja saber que nuestros conductores saben o deberían saber  que dos horas es insuficiente (no hemos descansado nada y al final hemos tenido que acelerar el paso) y que aún así nos obliguen a cumplir con este horario.  Y lo que es peor, no habíamos podido disfrutar a fondo de esta sorprendente ciudad dormida. Si viajamos como viajamos es por no tener que estar siempre pendiente de horarios. Evidentemente nos tenemos que someter a algunos, pero el tiempo es mucho más flexible y variable pudiendo adaptarlo en cierta medida según  circunstancias y necesidades. A cambio de esta libertad, asumimos responsabilidades y riesgos.

Pero lo peor llega cuando llegamos al punto acordado y no hay nadie. Esperamos unos diez minutos más durante los cuales nuestro enojo se incrementa. Nos sorprende el que los otros cuatro compañeros de ida no estén,  lo que me hace pensar que sencillamente se los han llevado a ellos y no han esperado por nosotros.

Y cuando regresa, por supuesto trayendo más turistas, nos desahogamos, pero sólo dice que se lo digamos al “capo”, que él es un conductor y  algo así como que qué queremos por tres euros.  Mi enojo se incrementa, sobre todo porque veo que continuamente hacen viajes llevando y trayendo turistas, por lo que comprendo aun menos que no hallan sido capaces de darnos más tiempo.

Aunque sé que no me van a hacer caso, aplico mi filosofía y cuando llego a la oficina  y sale el “capo” me quejo en español e inglés. No sé si entiende lo que le digo, sobre todo lo que le digo en inglés, pero comprende perfectamente el tono que estoy utilizando así que lo único que sabe decirme es “Ai-am-sorri” y discutir con el conductor.

Salimos de la oficina y me siento en un banco para aprovechar la conexión de wi-fi mientras que esperamos el tren.  Angel decide irse a pasear y cuando regresa me cuenta que 100 metros por debajo de la estación hay un cartel que anuncia las ruinas de Herculano a tan solo 400 metros. ¡La madre que los parió!. ¡Nos habían engañado, pero bien!.  Y ahora lo que  menos me importaba eran los 6 euros. Pero sí no haber podido completar nuestra visita y haberla hecho apresurados al final. 

Así que, “¡aviso a navegantes!”: a la excavación desde la estación del tren (circunvesubiana) hay solo 500 metros y si se toma una lanzadera, que no sea las de la empresa que está situada estratégicamente nada mas salir de la estación del tren, en la plazoletilla a mano izquierda.

De regreso al camping miramos los precios de las dos pizzerías junto a la estación. La de arriba era mas barata y tenían un menú. Eran ya las 13,30 horas así que decidimos comer con tranquilidad para preparar nuestra partida después. Nos convencieron de que tomáramos su menú en vez de un par de pizzas con ensalada  como veníamos haciendo, y…creo que nos equivocamos. Algo escaso y regular, aunque las vistas desde la terraza superior eran estupendas. Fue lo mejor.

Una vez en el camping recogimos todo, cargamos y  descargamos agua poniendo después rumbo a Roma. Tráfico intenso y alguna señal confusa en las cercanías de  la capital  que nos confunde y obliga a dar una vuelta.

Y llegamos a  donde estamos ahora, en el  area del lago Bracciano, aunque ha sido una casualidad o quizás más bien producto de un error ya que nuestra intención era regresar al mismo lugar donde habíamos estado  la primera noche pero no hemos sido capaces de encontrarlo. No recuerdo de donde saqué las coordenadas.  Si no fuera porque estuvimos los dos, pensaría que me lo he imaginado. Aunque este sitio cuesta un poco más  caro (14 euros + 3 de electricidad), 7 euros más,  tiene más posibilidades: un bonito lago y su pueblo.

24 y 25   de julio, jueves y viernes
El triste regreso

Recorrido: Lago Bracciano-Civitavecchia-Barcelona-Boadilla del Monte
Pernocta: Aparcamiento del Monasterio de Poblet.


Noche muy tranquila. Ahora tenemos todo el día por delante hasta llegar a la hora de embarque, por la tarde, así que decidimos matar el tiempo subiendo hasta el pueblo de Bracciano, dando un paseo por la carretera cuesta arriba.

El pueblo, además de tener un bonito castillo visitable, tiene unos hermosos rincones dentro de sus murallas. Y hemos  aprovechado para comprar  queso, vino, pan y alguna ensalada para la comida de mañana en el barco, pero se nos acaba pronto.

A las  13 horas esperamos la hora de la partida  bajo la sombra de los árboles. Comeremos, prepararemos las cosas para el barco y sobre las 18 horas partiremos hacia Civitavecchia para estar sobre las 19.

Y a esa hora partimos. Comienza nuestro regreso. Ya en el puerto, nos ponemos en la cola de embarque y allí esperamos la llegada de nuestro transporte.
Del regreso, nada destacable, excepto que pretendieron meternos en el mismo hueco que en la ida negándonos en rotundo, aunque esta vez observamos una novedad: se entraba de frente y se salía igual, después de que la rampa de subida al garaje superior se elevara, lo que no ocurrió con nosotros en el viaje de ida.

Añadir por último que además del escrito que entregamos en la recepción del barco en el viaje de ida y al no recibir respuesta alguna, enviamos una queja por e-mail en octubre. Mes y medio después Grimaldi nos dice: "desafortunadamente es imposible para el departamento legal llegar a encontrar noticias al respecto. Se ha enviado la reclamación con más de 3 meses de retraso cuando no hay rasgo escrito al respecto y con la tripulación de entonces ya desembarcada.
El embarque y desembarque de los vehículos se efectúa por mano de los mismos propietarios que por lo tanto se consideran los responsables de las maniobras de a bordo al menos que no haya una prueba incontestable que indique lo contrario.
Respecto a lo que ustedes indican sobre el poco interés que le han mostrado a bordo, del haber sido así lamentamos que no se haya prestado la debida atención, por parte de recepcionista, oficial o comisarios de abordo. A estas alturas nos es imposible además averiguar un hecho de carácter subjetivo.
Por todo lo expuesto no podemos dar seguimiento a la reclamación

Lamentando la situación acontecida y aun habiendo sido un accidente puntual, se trasmitirá a los responsables de la gestión del personal de a bordo de cuidar más y mejor este tipo de situacionesimposible para el departamento legal llegar a encontrar noticias al respecto" 

Este e-mail tuvo su respuesta en la que lamentábamos más que el hecho en sí,  deducir que las gestiones realizadas a bordo y las molestias sufridas habían sido infructuosas, ya que la imposibilidad de "encontrar  noticias al respecto" nos llevaba a esa conclusión. NADIE se había interesado, ni durante el trayecto, ni inmediatamente después.  

Y si relato este desagradable incidente y su final es, a parte de formar parte del viaje, para que sirva de aviso a aquellos que deseen utilizar este medio de transporte. Ya sabíamos lo que dicen en su e-mail a través de Jorge Pérez, de Broker Segur, nuestro corredor, de que "El embarque y desembarque de los vehículos se efectúa por mano de los mismos propietarios que por lo tanto se consideran los responsables de las maniobras de a bordo" . Así que en caso de duda que cada uno tome su decisión, pero con toda la información posible.

Por la noche entablamos una agradable conversación con un joven pasajero artesano, trotamundos que atendía a su perra que viajaba en una jaula.

Navegación tranquila, mañana soleada pasando gran parte de ella sobre una hamaca leyendo y llegada al puerto de Barcelona sin novedad. Desembarco rápido y rumbo a donde pasaríamos la noche, en el aparcamiento del monasterio de Poblet, sitio en el que ya habíamos pernoctado otra vez.

Llegamos a Boadilla al medio día del viernes 25 de julio. El sueño de este verano había concluido con éxito.

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Mª Angeles del Valle Blázquez

Boadilla del Monte, Noviembre de 2014