Aquí después
de 30 años
19 de julio, sábado
Recorrido: Palmi-Paestum
Pernocta: Paestum
Estamos en Paestum, a unos 50 o 60 km al sur de Pompeya,
el que será nuestro destino de mañana., Es un sitio increíble y sorprendente.
Cuando hace 30 años estuvimos por aquí, en aquel
entonces con una tienda de campaña y un Renault-11, no pasamos de Pompeya y Herculano
pero unos chicos holandeses nos hablaron de este lugar. Pero nos quedamos con
las ganas de venir y deseo cumplido, aunque sea con 30 años de diferencia. A
Angel le hacia especial ilusión este lugar, y hemos visto compensado nuestro
pequeño esfuerzo.
La mañana es clara y el sol ilumina la playa. Hemos
dormido estupendamente y a las 9 ya había gente instalándose en ella. Como
venimos haciendo últimamente cuando encontramos una buena playa, después de desayunar aprovechamos
para darnos un buen baño y secarnos al sol. Hemos salido alrededor de las 11,30, quizás tarde
para los 450 kilómetros que nos separan de Paestum, nuestro destino de hoy.
De nuevo señales confusas y algunos kilómetros perdidos
hasta que hemos dado con la autovía. Y más de lo mismo: obras y más obras y
limitaciones ridículas de velocidad. Hemos comido en un aparcamiento mugriento
sin salir por temor a coger una infección (es un poco exagerado) y no hemos
descansado porque Angel se encontraba incómodo. Estábamos solos, y realmente
tenía razón cuando decía que si se ponía un coche por delante y otro por detrás
no teníamos salida y el lugar era un auténtico estercolero. Así que hemos continuado camino hasta que nos
hemos salido de la autopista.
Y más de lo mismo, glorietas complicadas, falta de señalización o confusa, señales que desaparecen, conductores “suicidas”…En fin, aquí, al igual que en la Isla, la carretera es algo negro por donde se circula. Y da lo mismo en qué sentido siempre que se quepa, así que no se respetan los carriles de aceleración, ni los de giro, ni nada....se va y punto y si hay un hueco… por allí me meto. Sin exagerar, creo que en un tramo de 30 km circulando por carreteras comarcales hemos podido ser testigos de más de media docena de infracciones, sin contar los excesos de velocidad. Hay que tener MIL OJOS porque ellos....se cuelan.
Y más de lo mismo, glorietas complicadas, falta de señalización o confusa, señales que desaparecen, conductores “suicidas”…En fin, aquí, al igual que en la Isla, la carretera es algo negro por donde se circula. Y da lo mismo en qué sentido siempre que se quepa, así que no se respetan los carriles de aceleración, ni los de giro, ni nada....se va y punto y si hay un hueco… por allí me meto. Sin exagerar, creo que en un tramo de 30 km circulando por carreteras comarcales hemos podido ser testigos de más de media docena de infracciones, sin contar los excesos de velocidad. Hay que tener MIL OJOS porque ellos....se cuelan.
Y hemos llegado a Paestum sobre las 17,30h. Nada más entrar nos hemos dirigido al primer aparcamiento a nuestra izquierda, junto a unos restaurantes. Se trata de una campa verde y con algunos árboles.
Hemos idos directos a los templos. Y el lugar es ...espectacular. Sinceramente, en nuestra ignorancia pensábamos encontrar un templo dórico, pero nos sorprende la visión de TRES majestuosos templos que se yergue sobre una llanura y que ahora reflejan la dorada luz del atardecer. Parece que reflejan la luz de forma diferente según las horas y las estaciones del año. Es difícil decir cual es el más hermoso. Angel dice que le gusta más que Agrigento e incluso Segesta, que para él ha sido el mejor de la Isla. Con razón está declarado Patrimonio de la Humanidad.
Creo que no me cansaría de seguir viendo más y más
templos dóricos. Sus formas sencillas, redondeadas, ensalzan su belleza y
elegancia. Leo que el de la Concordia de Agrigento es el mejor del mundo, pero
éstos no desmerecen y el marco es incomparable. Luego, cuando rehago el relato,
algunas páginas web que consulto incluyen estos templos de Paestum junto con el
de Agrigento en los mejores.
Totalmente aconsejable, sobre todo por los frescos
que nos sorprenden, no solo por su cantidad si no por su calidad y estado de
conservación. De entre ellos destacan
los de la tumba del Bucedador, de fines del siglo V a.C. La buenísima calidad
de esta obra con la vivacidad de las imágenes, así como el carácter preciso de
éstas, no dejan duda sobre su origen
griego. El salto del joven difunto representa una alegoría del abandono de la
vida terrenal y la llegada a un nuevo lugar; en las cuatro placas restantes están pintados en vivos colores un banquete fúnebre
en honor al difunto.
Regresamos al aparcamiento donde podemos pasar la
noche. Tiene una toma de agua y el precio es de
5 euros. Es una explanada y a la
izquierda se extiende con hierba junto a árboles, pero a mi no me convence
mucho sobre todo porque hace calor y quiero poder estar fuera de la
autocaravana, aunque si nos retiramos
discretamente, el propio vehículo nos
ocultaría.
Soy cabezota y tenía localizadas unas coordenadas de
un área junto a la playa. Pero la ruta que nos indica el navegador nos mete por
una dirección prohibida, así que dimos la vuelta y regresamos. Ahora hay una
autocaravana italiana. Nos alejamos lo que nos parece prudente de la parte del
aparcamiento más cercana a los restaurantes para disfrutar de más intimidad y
tranquilidad. Está bien iluminado por un buen foco. Oímos el rumor de los
coches al fondo, a alguno que otro cuando entra a aparcar y las chicharras.
Además el sitio tiene un aliciente adicional: podremos disfrutar de la zona
arqueológica iluminada por la noche. .
20 de julio, domingo
Hablan las
piedras
Recorrido: Paestum-Pompeya
Pernocta: Camping Zeus. Pompeya
Noche deliciosa, día despejado que amenaza calor.
Rumbo a Pompeya de la que nos separan 70km. Prácticamente desde Paestum hasta la autovía vemos una caravana de turismos que acuden a la
playa. En un poco más de una hora llegamos a Pompeya, al camping Zeus, en la misma
puerta de la zona arqueológica y de la estación de tren de Pompei Scavi. 24
euros todo incluido, excepto wi fi que son 2 euros 2 horas. Hay mucha sombra,
principalmente de naranjos. Podemos elegir sitio sin dificultad, nos instalamos
y sobre las 10,15 nos vamos a visitar la zona arqueológica.
Esto es otra vuelta al pasado. Hace unos 30 años
llegamos hasta aquí pero la hora del cierre no nos dejó disfrutar de ella y
visitamos apresuradamente dos cosas.
Queríamos regresar y dedicarle el tiempo que quisiéramos.
Hoy no sé si por ser domingo, hay mucha gente,
chinos, muchos chinos o japoneses, en grupos...nos van a merendar, si no lo han
hecho ya. Y calor, hace mucho calor.
Y un consejo fundamental: conviene hacerse con un
plano que dan en la entrada e ir siguiéndolo, porque evitará pérdidas de
tiempo. No todas las calles de la ciudad pueden ser transitadas e identificar
sobre el plano cuáles están cortadas nos evitará dar vueltas innecesarias, como
nos pasó a nosotros (Mapa de las ruinas de pompeya. http://pompeya.desdeinter.net/pompeya.htm)
La ciudad de Pompeya albergó a 20.000
habitantes siendo en realidad un lugar de vacaciones de los romanos ricos por
su clima saludable y su paisaje. Su visita
nos ofrece un cuadro único sobre el modo de vida de una ciudad romana
del siglo I d.C., gracias a su excepcional estado de conservación, tras haber
estado sepultada durante siglos bajo una capa de seis metros de piedra pómez y
lapilli, a causa de la erupción del volcán Vesubio acaecida en el 79 d.C.
Entramos y tratamos
de dejar atrás los grupos de gente que se mueven de un sitio a otro por el foro, centro de la vida política y social de
Pompeya y por tanto el centro cívico y de reunión para los pompeyanos.
Tiene 38 por 157 metros y estaba rodeado
de grandes edificios públicos y otras
plazas. Nos detenemos un poco más en el granero
que conserva moldes de ciudadanos pompeyanos que quedaron atrapados por la
erupción así como ánforas y otros restos arqueológicos.
Nos encaminamos a la villa de los misterios
a las afueras de la ciudad. Circulamos ahora por calles empedradas como si las
hubieran terminado ayer y con poca gente.
Atravesamos prácticamente toda la inmensa
ciudad y salimos al exterior paseando
por una avenida al final de la que vamos dejando grandes mausoleos para familias adineradas de
comerciantes hasta llegar a la Villa de los misterios, la villa suburbana más
famosa de Pompeya, importante por su estructura arquitectónica y por la rica
decoración de las paredes y del suelo. Prácticamente todas ellas se encuentran
decoradas con pinturas. Después del terremoto, la vivienda señorial pasó a
establecimiento agrícola.
Pero lo que más atrae de esta villa es la grandiosa decoración pictórica
de una de las salas donde en una de ellas se representan 29 figuras de tamaño
natural y que ha sido interpretado de diferentes formas: parece simbolizar el
rito de iniciación de las esposas en los misterios dionisíacos. La dueña de la
casa podría haber sido una ministra del culto de Dionisio. Pero no podemos
acceder a ella, así que muy decepcionados emprendemos el regreso a la ciudad
pasando por la casa de Diomedes donde podemos ver unas arquitecturas
pintadas en las paredes así como una contraventana completamente petrificada.
Seguimos paseando por esta apasionante ciudad.
Visitamos la Casa del Poeta Trágico cuyo nombre proviene del mosaico que representa un ensayo
teatral. En la entrada de la casa se halla el famoso mosaico del perro atado
con una cadena (cave canem), típico de las casas pompeyanas. Excavada a principios
del siglo XIX sirvió de modelo a la novela “Los últimos días de Pompeya”.
Encontramos fuentes cada pocos metros y en casi
todas, nos refrescamos. El sol cae sin piedad y nosotros seguimos admirados por
las dimensiones de esta ciudad, por el trazado de sus calles, por sus pasos de
peatones, por su alcantarillado, por...realmente, por todo.
Cerca del foro hallamos las Termas del foro en las que destaca unos hermosos los estucos en las bóvedas de las estancias, junto con las series de terracota “Atlanti”, donde se encontraba el gran brasero de bronce que entibiaba las dependencias. En el Calidarium había una gran fuente para lavarse la cara y las manos, que en aquella época costó 5000 sestercios, y enfrente una gran bañera de mármol.
En un momento determinado Angel se da cuenta de que
ha perdido el mapa. Ahora solo tenemos el libro con uno que tiene muy poca
definición. Esto es un gran contratiempo, así que me dirijo a una joven pidiéndole consultar su mapa para tratar
de localizarnos y encaminar nuestros pasos hacia algún lugar en concreto. Luego
oigo hablar español. Se trata de una
familia y al pedirles que me dejen consultarlo, nos regalan uno de los dos
mapas que llevaban. Menos mal. Junto a la fuente intercambiamos opiniones sobre
el sur de Italia, sus ciudades y sobre todo, sus gentes. Ellos viajan en una
furgoneta.
Nuestros pasos nos llevan ahora hasta el Anfiteatro, construido el año en que Pompeya se convirtió en colonia
romana. Es uno de los más antiguos que
ha llegado a nuestros días. Mide 135 por 104 metros y tiene
capacidad para 20.000 personas. A diferencia de los que le sucedieron, no
tiene subterráneos bajo la arena y las rampas de acceso son exteriores.
Dedicado exclusivamente a la lucha de gladiadores, cazas y combates con fieras.
Pero nos produce un efecto extraño: no está como lo recordamos hace 30 años. Entonces
entramos entre dos muros que no estaban techados y al fondo veíamos el Vesubio.
Ahora está todo cerrado.
Reanudamos cansinamente nuestra caminata y llegamos
a las Termas Estabianas. Es el edificio termal más antiguo de la ciudad.
Tenía dos secciones una para cada sexo. Destaca el vestíbulo de la sección de los hombres decorado por hermosos estucos en sus bóvedas. Unas
urnas contienen algunos moldes de ciudadanos pompeyanos.
Cerca de aquí encontramos ahora el Lupanar. Lupa a parte de significar
loba, también significaba prostituta. Es el único prostíbulo que se construyó
para tal fin. Los demás lupanares poseían una o dos habitaciones o se utilizaba
la parte alta de la casa. En el lupanar había diez habitaciones, las cinco en
la planta baja y una letrina, y cinco más grandes en la planta superior a la
que se accede por una escalera de madera. Las camas eran de obra con un
colchón. A la entrada de cada habitación hay un
cuadro pintado que indicaba la postura amatoria de cada lupa. Las
prostitutas solían ser esclavas griegas u orientales. El precio oscilaba entre
los 2 y los 8 ases, como ejemplo una copa de vino costaba un as. Las ganancias
iban a parar el amo o lenone.
En Pompeya aparecieron veinticinco lugares dedicados a la prostitución que estaba clasificada: la delicatae y el famosae eran las prostitutas de alto standing, y la bustuariae que ejercían su profesión en el área de la necrópolis
Después, la
Casa del fauno
uno de los más bellos ejemplos de vivienda de la
antigua Pompeya. Es una de las domus más grandes con cerca de 3.000m2, construida sobre otra más
antigua. Ha sufrido varias reformas. El nombre de la casa deriva de un bronce
decorativo que representa un fauno danzante; el que hoy en día se puede ver en
el atrio de la casa, es una copia del original que se halla en el Museo Arqueológico
de Nápoles. Se supone que era la morada de P. Sila, sobrino del dictador
Sila.
Seguimos perdidos por sus calles y soportando un
calor de justicia, el que no habíamos padecido en todo nuestro viaje. Llegamos
a un bonito Thermopolium, o taberna donde se vendía comida
caliente y bebida. En la ciudad había
89. El almuerzo, prandium, tenia lugar fuera de la casa. Se servia a través de
un mostrador que daba a la calle, realizado de obra y a menudo decorado. En el
mostrador estaban empotradas las dolia o cubas donde se hallaba la mercancía.
En algunos la gente podía sentarse en su
interior decorado con estucos y lararios y en otros existía la zona del “viridarium”, un jardín cerrado
donde los clientes podían disfrutar a la fresca de su comida.
De camino ya al teatro, hacemos una breve parada para
ir al baño. Hay que subir un buen tramo de escaleras y el cansancio y el calor
pasan factura. Cuesta subirlas aunque desde arriba se tiene un interesante
panorama de esta inmensa ciudad. .
Antes de llegar al teatro, nos detenemos en Antiquarium,
lugar que contiene algunos moldes de yeso de personas y animales fallecidos
durante la erupción.
Son cerca de las 16 horas y no hemos comido aunque no
tenemos hambre.
Pompeya
poseía dos teatros uno grande y otro pequeño. Nos asomamos al grande
aunque el calor sigue sin dar tregua y
se hace muy pesado llegar hasta arriba para disfrutar de su belleza desde allí.
(reconstrucción en: http://www.iesfuente.org/departamentos/latin/pompeya/pompeya_htm/l5_teatrocomp_2.jpg).
Tenia
un aforo para 5.000 espectadores sentados y entre el espacio del escenario y la
platea había un otro para recoger el telón.
El teatro pequeño es menor lógicamente, pero es uno
de los más perfectos exponentes de teatro cubierto, o sea un Odeom, que
antiguamente se usaba para la música, poesía y la comedia. Tenía una
cubierta que la dotaba de una acústica excelente con una capacidad para 1.500 espectadores.
Sobre las 16,30
estamos de nuevo en el foro, visitamos el templo de Apolo, el más
antiguo de la ciudad, y decidimos dar
por finalizada nuestra visita. Hemos estado SEIS horas andando casi sin parar
apenas. Hemos medido la ciudad. Supongo que seguramente se podría estar más
tiempo e incluso días, pero nosotros no damos ya para más. Estamos muy cansados
y el sol ha sido hoy especialmente castigador e implacable. De no ser por las
numerosas fuentes no sé que habría sido de nosotros. Yo en cada una me mojaba
la cabeza y brazos y Angel llenaba la gorra de agua y se la ponía encima.
Cansados, dejamos atrás esta ciudad para que siga
durmiendo su sueño del tiempo.
Lo que más me fascina es ser consciente de que
realmente no hemos inventado prácticamente nada. Comprobar que más de 2.700
años antes esta ciudad estaba perfectamente integrada en el espacio y las
viviendas, negocios, los edificios públicos y religiosos, los culturales y
deportivos, las mansiones señoriales y necrópolis de las afueras, encajaban perfectamente como un puzle
satisfaciendo las distintas necesidades de todos sus ciudadanos.
Y en lo referente a su tipo de sociedad, creo
sinceramente que estamos todavía lejos de ellos, de su permisibilidad, de su
tolerancia. La libertad sexual formaba parte de su vida cotidiana y había una
gran libertad religiosa y política. Solo tenemos que compararlo con lo que
ocurre en la actualidad, casi 3000 años después.
De regreso al camping miramos los horarios de los
trenes para Sorrento y en la recepción vuelvo a preguntar por las excursiones
para mañana por la costa amalfitana. Me dice que él sólo tiene información de
una que está en el tablón y que para
ampliarla me dirija a la oficina de
información a unos 200 metros más abajo.
Angel dice que no puede más y que regresa a la autocaravana, pero yo, que me
conozco, sé que como me siente no me levanto así que vuelvo sobre mis pasos a
buscar la oficina que encuentro cerrada hasta mañana a las 9, hora ya demasiado
tarde para nosotros, así que tomamos la decisión de irnos en el tren a Sorrento
a las 8 y en el puerto mirar las posibles excursiones que hubiera, como nos
dijo nuestro amigo Jesús.
De regreso en el camping lo primero que hago sin
sentarme es meterme en la ducha de agua fría y después, a eso de las 17,30,
comer.
Buscando información sobre excursiones por la costa
amalfitana contacto con los únicos españoles que he visto en el camping.
Regresan de Capadoccia y viajan en furgoneta. Nos hablan de su viaje y de sus
continuas escapadas a Marruecos, país que adoran y a donde regresan todos los
años.
A las 20,30 horas estoy casi al borde del desmayo.
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