13 de julio, Domingo
Bello Barroco
Recorrido: Agroturismo Gigliotto-Caltagirone-Noto-Lido
di Noto
Pernocta: Area en Lido di Noto. (36º51’39”N;
15º7’10”E).
Aparcamiento
Caltagirone: 37º14’22”N; 14º30’25”E.
Ni en mil años me hubiera visto yo donde ahora mismo
estoy. Así que el refrán que dice “Nunca se puede decir de este agua no beberé
ni este cura no es mi padre”....se me podría aplicar sin mayor problema.
Estamos en el Lido di Noto a unos 8 km de Noto a 40
metros escasos de la playa en una area “atresata” para autocaravanas. (36.86104,
15.11950). Pero el lugar debería llamarse el “area del karaoke”, porque aunque
sea difícil de creer, hay autocaravanas que traen su propio equipo y lo ponen a
toda pastilla congregando a los propios y vecinos y entonando las canciones a
voz en cuello y sin ningún pudor. No me caben dudas: estos sicilianos están
locos.
Ya la entrada da un poco de “susto”. Desde la
carretera, arriba, no parece haber hueco, pero nos ha costado llegar aquí y
bajamos. Inicialmente nos instala en un sitio cerca de la entrada y frente a
una especie de quiosco que tiene lo que parece un karaoke y aunque nadie canta,
tiene la música a un buen volúmen, así que le digo que me voy a otro sitio más
tranquilo y busco un hueco alejado de este lugar.
Nos instalamos y observamos alrededor: frente a
nosotros dos autocaravanas se han montado un chiringuito, uniendo con telas el
hueco que quedaba entre los toldos. Han montado también un fluorescente. Pero
hay más. Esto debe ser la “Sicilia profunda”. Exclamo para mi misma que
llevamos dos noches finas, finas, y con esto, vuelvo a la noche de ayer.
(36.86104, 15.11950)
Dormimos muy bien y Angel dice que a las 3 se había
acabado la música. Yo ni me enteré. Nos movimos al sitio de las autocaravanas,
desayunamos y nos fuimos a la piscina a darnos un baño que nos resulto absolutamente
delicioso. El agua tenía una temperatura perfecta, el sol iluminaba suavemente,
la piscina de aguas azuladas parecía acabar en el borde de la ladera y estar
colgada, y al fondo se recortaba la silueta del Etna coronada por fumarolas.
Eran tan solo las 9,30 y había cuatro personas.
Después del baño, con mucha tranquilidad cargamos y
descargamos aguas y nos dispusimos a partir, lo que hicimos no antes de las 11
de la mañana, poniendo rumbo a Catalgirone a ver su famosa escalera, la de
Santa Maria del Monte.
Dejamos la autocaravana en este aparcamiento,
bastante sucio, junto a un autocar que
había descargado...indios, (de la India). Pensamos que serian turistas, pero
luego supimos que no era así.
Ascendimos hacía lo que creíamos que sería Santa María del Monte. Preguntamos
un par de veces y llegamos a esa iglesia. Después de visitarla comprobando que
no tenía nada destacable en su interior, comenzamos a descender esta
interminable y magnífica escalera barroca de 142 escalones de “cojo” adornada con azulejos coloreados y que se
alumbra con velas los días 24 y 25 de julio, fiesta del patrón. Fue diseñada
para unir las dos partes de la ciudad, la alta y la baja.
A ambos lados, tiendas con cerámica donde por supuesto y dada nuestra afición a ella, “picamos”,
y más de una vez.
Desde abajo la vista
de esta escalera tan peculiar coronada por la iglesia es impresionante.
Luego tomamos una calle perpendicular y decidimos
regresar. Y en nuestro paseo visitamos
una de sus iglesias que descubrimos
llena de los mismos indios del autocar del aparcamiento que celebraban misa.
Sorprendidos una vez más por los contrastes de esta isla, dejamos la iglesia y
regresamos.
Ya en la autocaravana, decidimos no visitar Ragusa ni Módica. No
parecían tener fáciles accesos y por la información que teníamos de estas dos
ciudades no resultaban muy atractivas. Todavía teníamos presente Enna, el esfuerzo
realizado para llegar y aparcar y lo que visitamos, que a lo mejor era una
mínima parte de lo que la ciudad ofrecía y que por ignorancia o malas
decisiones, dejamos de conocer. Pero no nos compensó así que decidimos dirigir
nuestros pasos hacia Noto directamente.
El navegador
eligió por nosotros la ruta llevándonos por
carreteras secundarias. Pero eso era lo que menos me preocupaba. Lo que nos parecía
más preocupante era el atractivo que en los sicilianos parecían ejercer las
“alturas” a la hora que construir sus ciudades.
No había colina o pequeña cima que no estuviera coronada por algún
pequeño pueblo y en nuestro camino identificamos hasta tres. Recordar nuestra
experiencia de ayer en Piazza Armerina nos creaba más que inquietud.
Desde Caltagirone, decidimos dar la vuelta e ir por
donde aconsejaban a los camiones y autocares y acertamos y nuestra ruta
transcurrió sin problemas hasta que llegamos a Bucceri, donde comimos. Allí nos
encontramos con una pronunciada pendiente de primera. Además, no avisaban del
grado de inclinación. Luego, evitamos una o dos veces calles por las que nos
enviaba el navegador y que parecían estrechas, hasta que sin mayores problemas que
destacar llegamos a los pies de Noto, Patrimonio de la Humanidad y joya del
barroco siciliano.
Pero....para llegar a donde íbamos, un aparcamiento
señalado en la página francesa de campingcar-info, las indicaciones nos
empezaron a guiar por calles estrechas que fuimos evitando indicándole al
navegador el mismo destino pero circunvalando la ciudad en vez de atravesarla.
Y esta vez tuvimos suerte y acertamos, pero, apareció una nueva dificultad que
ya no pudimos salvar: nos dimos con una señal de circulación prohibida con algo dibujado en su interior. Al
acercarnos comprobamos que se trataba de una autocaravana.
Y allí me paré. Luego, dejándome absorber por el
espíritu de la Isla ,
puse el doble intermitente y comencé a dar marcha atrás, con toda la tranquilidad
del mundo. Los turismos me evitaban por un lado y por otro, y me moví hasta
encontrar un buen aparcamiento en zona azul que al ser domingo encontramos
con sitio disponible, lo que dudo que ocurriera
cualquier otro día de diario. .
Dejamos atrás una sombreada y gran plaza con
puestecillos para, una vez atravesada la Puerta Real , comenzar a recorrer el Corso Vitorio
Emanuele a lo largo de la cual se levantaban numerosos edificios monumentales del XVIII.
Algo recargados, como buen barroco, pero con mucho encanto, conformando un
conjunto armonioso y elegante.
Destaca en especial una gran plaza donde se
encuentra la catedral, que está elevada por tres tramos de escaleras, el Palacio Arzobispal, una iglesia y el
Palacio Landolina. En frente se encuentra
el Palacio Ducezio, sede del ayuntamiento. A esas horas del atardecer, los
rayos del sol intensifican el color dorado de la piedra resaltando aún más la
belleza del conjunto.
Una calle perpendicular junto a la catedral y que desde el Corso Vitorio Emanuele asciende hasta la vía Cavour, nos lleva al Palacio Nicolaci Villadorata, del XVIII y donde nos entretenemos admirando las estupendas figuras esculpidas en la piedra y que sostienen los elegantes balcones barrocos. Aunque grotescas y algo recargadas, resultan atractivas.
Es en esta calle donde encontramos los dibujos que este año han
cubierto con flores ya que cada tercer domingo de mayo se celebra la “infiorata”,
fiesta popular que cubre las calles de Noto con alfombras de flores
formando dibujos.
Regresamos por la Via Cavour , pero nos
resulta menos entretenida que la de Corso Vitorio Emanuel. Los edificios son
igualmente barrocos y se alinean a lo largo de esta calle, pero decidimos
volver a la anterior, más vistosa y
alegre.
Lo que parecía más difícil, salir de la ciudad,
resulta lo más facil, y lo que debería
ser más facil, llegar a Lido di Noto, se convierte en todo un problema.
Siguiendo la ruta que nos marca el navegador nos
encontramos con una señal que limita la altura. No cabemos. Damos la vuelta,
paramos junto a la carretera en medio de la nada y buscamos alternativa. Pero
lo siguiente es encontrarnos con una
prohibición de circulación a vehículos de más de 3,5 toneladas.
Aunque no llegamos a este peso, hemos aprendido de nuestros
errores, así que giro de nuevo en una glorieta mientras que me digo que esto se
ha convertido en una ratonera. Pero lo que me resulta más curioso es que no me
altero. Parece que empiezo a asumir como normal este tipo de circunstancias.
Buscamos una tercera solución para llegar
y esta vez lo conseguimos, no sin circular con el temor a que en cualquier momento aparezca alguna señal que prohíba o limite algo.
En nuestra ruta nos cruzamos con varias
autocaravanas. Es domingo por la tarde. Si ellas han llegado y regresan, también
podremos hacerlo nosotros, y lo conseguimos. De pronto nos encontramos en una
carretera estrecha, sin aceras, cuajada de gente por todos los sitios, con
coches que van y que vienen,...una especie de locura, y como no, una señal que
prohíbe la circulación entre las 20 horas y las 7 de la mañana. Pero….la suerte
sigue sonriéndonos. Son solo 19. Lo que
me resulta más llamativo es que no ofrece alternativa alguna. Sencillamente,
llegada esa hora, ya no se circula.
Inmersos en este guirigay, dejamos a nuestra
izquierda una señal que indica una zona “atresata” para autocaravanas, pero
debe ser una que según la información que tengo, dista 200 m de la playa. Continuamos y a otros 200
metros escasos encontramos nuestra meta.
Está a nuestra izquierda y abajo, y
vemos que casi esta llena; es más, dudamos de que haya sitio, pero lo hay.
Todos italianos, y perfectamente instalados como en
un camping: mesas, sillas, luces, toldos, tv....en principio me pone frente a
un quiosco cerrado en el que hay instalada una mesa con lo que parece un equipo
de música con el volúmen muy alto así que le pido alejarme de allí. Pero cuando
estamos ya instalados en otro sitio, empezamos a oir el karaoke de los vecinos.
Pero para mi felicidad y su desgracia, parece que el
domingo se les acabó y han de regresar a sus casas de piedra, por lo que a eso
de las 20,30 ese karaoke se acaba, aunque nos quedan las dos autocaravanas que tenemos
casi frente a nosotros y que pueden prometer…
Después de instalarnos nos acercamos a la playa a la
que llegamos por un pequeño pasadizo desde el camping y que cruza la carretera
por la que hemos venido. Es pequeña, de arena fina, aguas limpias, transparentes
y tranquilas. Nos damos un estupendísimo baño, como hace tiempo. El mejor hasta
ahora. Y aquí reside la explicación de porque este sitio esta atestado de gente
y la Escala del Turco no.
Tras una buena ducha y yo con unos buenos tapones, a
las 23 h nos fuimos a dormir.
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